Este mes os traemos una receta que seguro has comido en Navidad, es un plato que no falta en ninguna casa asturiana, y aunque no es navidad todavía… a nosotros nos apetecía cocinarlo, así que vamos a ello.

¡Comenzamos!
 

Ingredientes que necesitas:

-para 4 personas-

1 cabracho fresco (puedes pedirlo en Puertofish)
1 zanahoria
1 cebolla
1 puerro
2 hojas de laurel
8 huevos
300ml de nata para cocinar
200ml de salsa de tomate
1 pimiento del piquillo
Aceite de Oliva
Pimienta negra en grano
Pimienta negra en polvo
Sal
Mantequilla

– Para la salsa rosa-
200ml de mayonesa
50ml de kétchup
30ml de zumo de naranja
30ml de brandy
 

Elaboración:

Empezamos pelando la zanahoria, cebolla y cortando la parte verde y raíces del puerro.

Lavamos el cabracho Puertofish en agua fría. Y ponemos a hervir en una olla, junto con una pizca de sal, la zanahoria, la cebolla, el puerro, el laurel, la pimienta en grano (a tu gusto) y un chorrito de aceite. Lo dejamos cocer unos 20 minutos.

Una vez pasado este tiempo, sacamos todos los ingredientes menos el cabracho, que lo dejaremos otros 15 minutos más cociendo.

Cuando veamos que el cabracho ya está cocido, lo sacamos y le quitamos la piel y las espinas.

– CUIDADO- Comprueba que no quede ninguna espina.

Ahora, vamos a precalentar el horno a 180ºC.

Mientras esperamos que el horno vaya cogiendo temperatura, batimos los huevos y los mezclamos con el cabracho, la nata, la salsa de tomate, el pimiento y una pizca de pimienta negra molida. Y batimos todo hasta conseguir una masa homogénea.

Engrasamos un molde con mantequilla y vertemos la mezcla, metemos nuestro molde en una bandeja alta llena de agua hasta la mitad y llevamos el pastel al horno a 180ºC, durante 45 minutos aproximadamente, al baño maría

Durante el horneado, podemos hacer la salsa rosa vertiendo la mayonesa y el kétchup en un bol, mezclamos y añadimos el brandy y el zumo de naranja, y volvemos a mezclar bien.

Pasado el tiempo de horneado (45 minutos), sacamos el pastel y lo dejamos reposar a temperatura ambiente.

Cuando esté frío, lo desmoldamos, ¡y a comer!

Como ves es una receta bastante sencilla, solo necesitas un poco de tiempo, pero merece la pena 😉